La granola es
un compuesto de cinco cereales tostados -
avena, arroz, trigo, maíz y centeno - mezclada
con miel o azúcar moreno y frutas secas, como pasas de uva,
copos de manzana o castañas. Esta es la receta de hoy,
pero la granola no siempre fue así. En más de un
siglo, la lista de ingredientes ha cambiado mucho. Todo
comenzó alrededor de 1830, cuando el estadounidense
William Sylvester Graham, un firme defensor del
vegetarianismo, inventó la harina; una preparación hecha con cereales
molidos, sin aditivos. Tres décadas más tarde, en 1863, el
médico James Jackson usó la harina para crear un compuesto curativo que él
denominó "granula". La historia se complicó en
1870 cuando el también médico estadounidense John Harvey
Kellogg creó una mezcla de granos de avena, trigo y maíz tostado para
servir a sus pacientes bautizándola, al igual que su colega, "granula".
Jackson lo
procesó por ello y Kellogg se vio obligado a cambiar el nombre de su
invención, a la que renombró “granola”. Sin embargo, la invención no tuvo éxito
y terminó olvidándose. El propio Kellogg la dejó de lado, para promover otro
invento que lo hizo rico: los Corn Flakes. Pero en 1960, la granola cayó en las
manos del movimiento hippie, que empezó a exaltar sus cualidades nutricionales.
En las décadas siguientes, ganó fama más allá del menú de las “sociedades
alternativas” e invadió las mesas de los hogares del mundo.
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