La
tumba del faraón Tutankamón fue encontrada en 1922 por la expedición del arqueólogo
inglés Howard Carter. Junto al sarcófago, hecho de oro, se hallaron centenares
de objetos valiosos. Sin embargo, el acontecimiento fue rodeado de tantas
muertes y hechos nefastos que, desde un primer momento, se habló de la
maldición de Tutankamón. Conocido como el faraón niño, Tutankamón murió a los
18 años, víctima de la malaria, según exámenes recientes de su ADN. Cuando
Carter y su equipo encontraron su tumba, los jeroglíficos escritos sobre el
sello puesto en la entrada eran claros: “la muerte golpeará con sus alas a
quienquiera que disturbe el sueño del faraón”.
Víctimas de la maldición de
Tutankamón
La primera víctima de la maldición fue el canario amarillo de
Carter. Tras abrirse la tumba, una serpiente entró a su jaula y lo comió. Supersticiosos,
los responsables de la excavación difundieron la teoría de que la víbora había
sido enviada por el faraón para castigar a quienes habían profanado su descanso
eterno.
Lord Carnarvon
Decenas de personas ligadas al descubrimiento
murieron tras abrirse la tumba. La primera de ellas fue Lord Carnarvon, el aristócrata
inglés que financió la expedición arqueológica. Su muerte, en 1923, habría sido
causada por la picadura de un insecto. Sin embargo, en el momento de su muerte,
se le oyó gritar: “Un pájaro me desgarra el rostro”. En Egipto, se creía que
las momias de los faraones eran protegidas por el buitre Nejbet, que masacraba el
rostro de los profanadores de tumbas. Poco tiempo después, su esposa,
Elizabeth, murió, también, por la picadura de insecto.
Aubreu Herbert y James Henry
Breasted
El coronel inglés Aubreu Herbert fue uno de los pocos presente en la
apertura del sarcófago. En menos de un año se suicidó. James Henry Breasted,
también presente en el momento del hallazgo, murió de forma inexplicable durante
un viaje a los EEUU.
Howard Carter
Howard Carter, quien fuera responsable
por el descubrimiento, se escapó ileso de la maldición. Incluso, contribuyó a
perpetuar la leyenda escribiendo un libro. Murió en 1939, víctima de un cáncer,
a los 64 años de edad.
Explicaciones científicas para la maldición de
Tutankamón
Una teoría afirma que las desgracias ocurridas se deben
a la existencia de radiactividad en la tumba de Tutankamón. Supuestamente, ésta
habría sido construida con piedras que contienen ucranio radiactivo. Hay pericias
de la Agencia de Energía Atómica de Egipto, que registran la presencia de gas radón
en el interior del sepulcro. Otras teorías adjudican las muertes a la presencia
del hongo Aspergillus Níger, que causa fiebre e inflamación en las vías
respiratorias. Entre otras bacterias halladas en el sepulcro, se encuentra el Bacillus
Anthracis, responsable de enfermedades como el carbunco o ántrax.
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