En
el primer capítulo del libro del Génesis, que hace parte tanto de la Biblia
como de la Torá, Dios crea “hombre y mujer” a su imagen y semejanza. Pero, en el
siguiente capítulo, se menciona solamente a Adán. La mujer será creada en este
capítulo, y recién en el tercero se la mencionará como Eva. Esta
inconsistencia, presente en estos dos relatos de la creación, uno narrado en el
primer capítulo y otro en el segundo del Génesis, han llevado a la teoría de que existió
otra mujer antes que Eva.
Registros
antiguos demuestran que había otra mujer antes que Eva. Es el caso de los
amuletos de Arslan Tash, reliquias que datan del Siglo 7 a.C. Algunos
historiadores sostienen que esta mujer fue mencionada incluso antes, en la
demonología sumeria del tercer milenio a. C. En la Épica de Gilgamesh, un poema
mesopotámico del año 2100 a.C., hay una mención a Lilith, la primera mujer de Adán
antes que Eva. Lilith, entonces, ya era conocida antes que compilaran el libro
del Génesis, y el hecho de que fuera considerada un demonio por los mesopotámicos,
refuerza la teoría de que haya sido borrada de la historia oficial.
Otra evidencia de que Lilith fue la primera mujer del mundo puede encontrarse en los versículos de la creación de Eva, en el capítulo 2 del Génesis. En varias ediciones del texto, Dios decide darle al hombre una compañera “idónea”, lo que sugiere que una compañera “no idónea”, ya había sido creada antes. Refuerza esta teoría el parlamento de Adán al ver a Eva, que dice: “esta, sí, es hueso de mis huesos".
A Lilith también se la menciona en el texto de Isaías, sin embargo, la Iglesia Católica, en el Concilio de Trento, a mediados del Siglo 16, decidió hacer oficial la Biblia Vulgata, una traducción en latín del Siglo 4 que ya había cambiado la palabra Lilith por otra. La adopción de una nueva versión de la Biblia hizo con que Lilith desapareciera y de a poco fuera esfumándose de la tradición cristiana.
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